martes, 10 de septiembre de 2013

No basta solamente con el deseo de servir… (primera parte)

Estudio de 2 Samuel 6:1-23 (cf. 1 Cron. 13:1-14)
Cuando David fue declarado rey[1], propuso en su corazón traer el Arca del pacto a Jerusalén. Si alguien quería estar en la presencia del Eterno era David: “Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo” (Sal. 27:4, NTV)”. “Te alabaré, Señor, con todo mi corazón” (Sal. 9: 1, NTV). “Mi corazón, Dios, está dispuesto; cantaré y entonaré salmos; ésta es mi gloria” (Sal. 108: 1, RVR 1995). “Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su Santo Nombre” (Sal. 103: 1, RVR 1995). ¡Qué pasión la de este hombre por servir y adorar al Dios Todopoderoso!
 
El rey David
 
Antes de seguir con el relato bíblico, repasemos algunos aspectos respecto al tabernáculo y su mobiliario (tipología)[2] para tener una mejor comprensión del porqué el Arca del pacto era tan importante para David y el pueblo de Israel.
 
De acuerdo al libro de Éxodo, el Eterno le dijo a Moisés: “Haz que los israelitas me construyan un Santuario Santo, para que yo habite en medio de ellos. Deberán construir el tabernáculo[3] y su mobiliario exactamente según el modelo[4] que te mostraré” (Éxo. 25: 8-9; cf. Éxo. 36-40, NTV).
 
El tabernáculo
 
De acuerdo con las Sagradas Escrituras, Dios tiene un propósito para cada plan. El propósito del tabernáculo era para que el Eterno habitara entre su pueblo (Éxo. 25:8), se reuniera con su pueblo (Éxo. 29:42) y hablara a su pueblo (Éxo. 29:42). El tabernáculo representa a Cristo. En Cristo se cumplen todas las sombras, los símbolos que prefiguraba el tabernáculo (Heb. 9: 8 –12, y 23, 24). El tabernáculo estaba en el centro del pueblo. Así como Cristo debe ser el centro de nuestra vida. Cristo es nuestro tabernáculo_ “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó (RVR 1960) [ἐσκήνωσεν eskenosen – viene de skenoo, que etimológicamente significa plantar tienda (tabernáculo), acampó o levantó tienda (CBA), puso su morada (BJ)] entre nosotros…” (Jn. 1:14). El Verbo (Cristo) hizo su tabernáculo o levantó una tienda entre el pueblo.
 
 
                             El altar de los holocaustos

El altar de los holocaustos estaba en el atrio. Este representaba la expiación del pecado por medio del sacrificio de Cristo (Isa. 53: 4-7, 10; Hec. 20: 28; Efe, 1: 5-7; Heb. 13: 10-12; 1 Ped. 1: 18, 19; Apoc. 5: 9). Estaba justamente situado junto a la puerta del atrio, lo que ilustra la principal necesidad del hombre_ que sus pecados sean lavados y perdonados por la sangre de Cristo (Heb. 9: 13, 14; 1 Jn. 1: 7; Apoc. 7: 14). La posición del altar de los holocaustos nos enseña que no podemos adorar ni estar en la presencia de Dios, si no hemos sido lavados y perdonados por la sangre de Cristo (Heb. 9: 22). Este altar presentaba la necesidad de expiación y reconciliación del ser humano con el Dios Eterno (Jn. 1: 29; Rom.5: 10; 2 Cor. 5: 18, 19).
 

La fuente 
 
El propósito de la fuente era para la limpieza o la purificación del sacerdote. El sacerdote tenía que lavarse las manos y los pies antes de entrar al lugar Santo. Él no podía entrar al tabernáculo sin antes lavarse de la contaminación. Cuando el sacerdote era ordenado, lo llevaban a la puerta del tabernáculo, entonces Moisés, le lavaba su cuerpo completamente. Este ritual se repetía a diario, o las veces que el sacerdote entrara al tabernáculo para la ministración_“Se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones (Éxo. 30:21, RVR 1960). Esta fuente estaba colocada sobre una base de bronce.  El bronce es un tipo de salvación y de juicio. En el Antiguo Testamento, la persona que miraba la serpiente de bronce era salva_ “Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Núm. 21:9, RVR 1960).
 

  
En el Nuevo Testamento, vemos el antitipo en Cristo cuando fue levantado sobre un madero_ “Y como Moisés, levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:14, 15). Referente al juicio_ “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera…” (Jn. 12:31-32).
 
La fuente estaba en el atrio del tabernáculo, entre la entrada del tabernáculo y el altar de los holocaustos. Esto nos enseña que nuestros pecados son lavados y perdonados por la sangre de nuestro Señor Jesucristo (Hec. 22: 16; 1 Cor. 6: 11; Efe. 5: 26; Apoc. 7: 14). El lavatorio de los sacerdotes, la muerte de los animales para los sacrificios, el asperjamiento, rociamiento y esparcimiento de la sangre relacionado a las diferentes actividades en el servicio del tabernáculo muestran la necesidad del agua [bautismo, Rom. 6:3], (Éxo. 29: 4, 17; Lev. 1-5). En general, este ritual enseña la idea de la pureza que exige el Eterno de todos aquellos que ministran su iglesia. Simboliza el bautismo para los que quieren entrar a formar parte del pueblo del Eterno (Hec. 22; 16; Heb. 10:22; 1 Cor. 6:11).
 
 

El lugar Santo 
En el lugar Santo estaba el candelero o candelabro de oro, el altar de incienso, y la mesa de los panes de la proposición o de la presencia.  
 
 
Las mesa de los panes de la proposición o de la presencia
 
Se encontraba al norte, a la derecha de la entrada del lugar Santo. Cada sábado, los sacerdotes ponían doce panes sin levadura sobre la mesa. Los organizaban en dos pilas y los rociaban con el incienso. Los panes representan las doce tribus de Israel. Eran sagrados, y cuando se los retiraba de la mesa, solamente eran consumidos por el sacerdote. En el Nuevo Testamento, los panes de la proposición representan a Cristo, quien dijo: “Yo soy el pan de vida: El que a Mí viene, nunca tendrá hambre…. (Jn. 6:35). “Yo soy el pan vivo que ha descendido del cielo: Si alguno comiere de este pan, vivirán para siempre, y el pan que Yo daré es mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo (Jn. 6:51)”. Los panes estaban siempre en el tabernáculo en la presencia del Eterno. Esto nos enseña la completa dependencia que tenemos de Cristo, en todos los aspectos: tanto material como espiritual. En el Antiguo Testamento, el pan de la presencia representa la provisión material para el pueblo de Israel. En el Nuevo Testamento, es nuestro Señor Cristo, quien representa la provisión espiritual provisto por el Padre. Podemos ver en Cristo, a aquel que ha despejado el camino a la presencia del Eterno Dios (Heb. 9: 8; Jn. 14:6).
 

 
El candelero
 
El candelero de oro tenía una columna de la cual salían tres pares de ramas. Era de oro macizo. Las ramas estaban decoradas con copas en forma de almendras, manzanas y flores. Las lámparas tenían que estar encendidas por las noches a cada puesta del sol y por las mañanas. Ardían continuamente en la presencia del Eterno (Éxo. 25:31, 32; cf. 27: 20, 21; 30: 7, 8; Lev. 24: 3, 4). Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo…” (Jn. 8:12). Él es la luz que siempre estará encendida para alumbrar el camino a la salvación. Los brazos que salen de la columna del candelabro son como los pámpanos que se unen a la vid. Tanto la columna como la vid simbolizan a Cristo_ “Yo soy la vid verdadera, ustedes los pámpanos…” (Jn. 15:5). Los brazos y las ramas simbolizan a la iglesia. Incluso, las copas, las manzanas y flores pueden simbolizar su carácter. Esto se debe a que la iglesia esparce la luz (Mat. 5: 14-16). Testifica la verdad (Jn. 3:33; 2 Tim. 1:8; 1 Jn. 5:11; Apoc. 19:10). Y lleva los frutos o dones del Espíritu (Gál. 5:22, 23). Note que cada brazo tiene tres grupos de almendras, manzanas y flores. Un lado con tres brazos forma nueve pares de almendras, manzanas y flores lo que puede simbolizar los nueve frutos del Espíritu (Gál. 5:22, 23). En general, el candelabro simboliza a Cristo y a su iglesia (Apoc. 1:20).
 
 
El altar del incienso
 
El altar del incienso fue construido de madera de acacia y cubierta en oro (Éxo. 30:1, 3). Estaba ubicado dentro del lugar Santo, delante del velo que separaba el lugar Santo del Santísimo (Éxo. 30:6; 40:26). Sobre este altar el sacerdote debía quemar incienso día y noche (Éxo. 30:7, 8). Podemos decir, que el incienso que sube desde el altar son las oraciones del pueblo (Apoc. 5:8), pero también representa la intercesión de Cristo a nuestro favor (Heb. 7:24, 25; Apoc. 8:4). Jesús es nuestro abogado ante el Padre (1 Jn. 2:1).
 

El arca del pacto
 
El Arca del pacto estaba dentro del lugar Santísimo. Era conocida como Arca del pacto, Arca de la alianza, Arca de YHWH o Arca del testimonio. Estaba totalmente cubierta de oro. En cada esquina tenía una argolla entre las cuales se pasaban unas varas de madera de acacia cubiertas de oro. Las mismas eran para llevar el arca sobre los hombros. Tenía una tapa de madera cubierta de oro conocida como el propiciatorio el cual representaba la misericordia divina. Encima del propiciatorio estaba la figura de dos querubines, uno frente al otro, que extendían sus alas tocándose sus puntas. Sus rostros estaban hacia abajo con su mirada hacia el centro del propiciatorio. Esto muestra el respeto y reverencia ante la presencia del Eterno. Dentro del Arca estaba las tablas de la Ley [los diez mandamientos] (Deut. 31: 26, 27), la vara de Aarón [liderazgo] (Núm. 17:10), y el maná [provisión] (Éxo. 16: 32-34). Este mueble representa la presencia de Dios entre su pueblo. Estaba hecha de oro y madera. El oro simboliza la divinidad de Cristo, y la madera su humanidad. De esta naturaleza divino-humana habla Juan en su evangelio_ “Así en efecto amó Dios al mundo tanto que dio a su (Hijo único, monogeneV monogenés)[5], para que todo el que continúe creyendo [en Él] pueda proseguir teniendo vida eterna” (Jn. 3:16).
 
 
El orden o posición del mobiliario del tabernáculo, comenzando en el atrio con el altar de los holocaustos y la fuente de bronce; en el lugar Santo con la mesa de los panes al lado derecho, el candelabro al lado izquierdo y el altar del incienso al centro cerca del velo; en el lugar Santísimo con el arca del pacto a la cabeza refleja la sombra de la Cruz. En ella se llevó a cabo el mayor sacrificio que es en Cristo Jesús. En él se cumplen todas las sombras, los símbolos que prefiguraba el tabernáculo (Heb. 9: 8 –12, y 23, 24).
Hemos analizado brevemente la tipología del tabernáculo. El rey David, era una persona instruida en la ley. Estaba muy familiarizado con el servicio del tabernáculo: “En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría, y con música cantaré y alabaré al Señor” (Sal. 27:6, NTV). Como hombre de guerra, no podía oficiar en el tabernáculo. No obstante, ofrecía sus sacrificios a través de los sacerdotes. Él anhelaba la presencia del Eterno. Por eso, el deseo de traer el Arca del pacto a Jerusalén. Él sabía que en el Arca no había ningún poder. Sabía que el Eterno no estaba allí: “A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos” (Sal. 123: 1). Pero sabía que el Eterno, se comunicaba con el pueblo por medio del Arca del pacto. 
El relato bíblico dice que David se propuso buscar el Arca_ “reunió a las tropas más selectas de Israel, un total de treinta mil. Las llevó a Baala de Judá para traer de regreso el arca del Eterno, que lleva el nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, quien está entronizado entre los querubines. Pusieron el Arca del Eterno en una carreta nueva y la retiraron de la casa de Abinadab que estaba en una colina. Al salir de la casa, Uza y Ahío, hijos de Abinadab guiaban la carreta que cargaba el Arca del Eterno. Ahío caminaba delante del Arca. David y todo el pueblo de Israel celebraban ante el Señor, entonando canciones y tocando todo tipo de instrumentos musicales: liras, arpas, panderetas, castañuelas y címbalos (2 Sam. 6:1-5).
 
David y el pueblo de Israel celebraban ante el Señor
 
Aparentemente, todo iba bien hasta que se presenta un problema. Surge una muerte en plena procesión. El problema se debió a un acto de desobediencia. ¡Pues colocaron el Arca en una carreta nueva! David conocía las instrucciones que el Eterno, había dado respecto al transporte del Arca. Observe: “Pero a la división coatita no le entregó carretas ni bueyes, porque se les requería que hicieran el traslado de los objetos sagrados del tabernáculo sobre sus hombros (Núm. 7:9, NTV). “Cuando los levitas realicen los deberes asignados en el tabernáculo, deberán tener cuidado de no acercarse a los objetos sagrados ni al altar. Si lo hacen, tanto tú como ellos morirán (Núm. 18:3, NTV).   
 
El Eterno, había dado instrucciones para transportar el tabernáculo y todo su mobiliario pero David no siguió las mismas. Note, pusieron el Arca del Eterno en una carreta nueva (desobediencia). Cuando llegaron al campo de trillar de Nacón, los bueyes tropezaron[6], y Uza extendió la mano para sujetar el Arca (presunción, desobediencia). Entonces se encendió el enojo del Señor contra Uza, y el Eterno lo hirió de muerte debido a lo que hizo (consecuencias). Así fue como Uza murió allí mismo junto al Arca del Eterno (2 Sam. 6: 3, 6, 7).
 
 
Muerte de Uza
Nuestra inclinación por naturaleza es la de cometer pecados horribles cuando no obedecemos las instrucciones del Señor. Tan horribles que llegamos a ser piedra de tropiezo para otros. Tan aterrador como para llevar a otros a una muerte espiritual o física como pasó con Uza. David tenía libertad para ejercer un buen liderazgo como rey. No obstante, se tomó la libertad de hacer las cosas a su manera. ¡Tremendo problema! El hecho que seamos libres, no nos da libertad para hacer las cosas como queramos. Recuerde, es libertad no libertinaje[7]. Si hacemos las cosas a nuestro modo estaremos en problemas. La Palabra de Dios dice: “…procurad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles… (1 Cor. 8:9). “¡Ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” (Mat. 8:7). Lamentablemente, David fue piedra de tropiezo en el plan de Dios, y llevó a Uza a la muerte. Nuestra libertad no nos da licencia para dañar a otros. No podemos ser negligentes con las instrucciones de Dios. Debemos utilizar nuestra libertad con mucha sabiduría. Pidamos sabiduría a Dios para ejercer correctamente la libertad que Él nos ha dado en Cristo Jesús. “El principio de la sabiduría es el temor del Señor” (Sal. 111: 10; 2 Cron. 1: 10-12; 1 Rey. 4:29; Luc. 21:15). Procuremos ser diligentes. No nos vaya a pasar como a David. Esto nos enseña que no basta solamente con el deseo de servir al Eterno. El deseo de servir es bueno pero hay que obedecer las instrucciones dadas en las Sagradas Escrituras.  
 
A veces pensamos que estamos haciendo lo correcto. El problema está cuando lo hacemos a nuestro modo o de manera indebida. Tal vez, David, hizo lo que él pensó que era lo mejor. Pero no era la manera correcta. El error de David puso en peligro al pueblo. Incluso, llevó a Uza a la muerte.


[1] . (2 Sam. 5:1-5).
[2] . La tipología puede definirse como el establecimiento de conexiones históricas entre determinados hechos, personas o cosas [tipos] del Antiguo Testamento y hechos u objetos semejantes del Nuevo Testamento [antitipos] (http://institutointerglobal.org). Cuando hablamos del tipo se refiere a lo que es real. Puede ser una persona, evento, institución que Dios ha dado para prefigurar una realidad mayor. Esa realidad mayor es la se conoce como el antitipo. El antitipo, tiene las mismas características que el tipo. No es que tenga una representación exacta del mismo. No lo confundamos. Puede ser semejante al tipo pero mayor que este. El apóstol Pablo, presenta un excelente ejemplo en su carta a los romanos: “Pero, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la rebelión de Adán; el cual es figura (lit. tipo) del que había de venir (Rom.5:14, NRV, 2000). Aquí, Adán viene siendo un [tipo] y Jesús el [antitipo]. Los dos son padres de la raza humana. Adán, es el padre de la humanidad, el que transmite el pecado y la muerte. Jesús es el padre de todos los que han nacido de nuevo. En este caso Jesús, transmite su justicia y la vida. Así también, pasa con la tipología del tabernáculo: En Cristo se cumplen todas las sombras, los símbolos que prefiguraba el tabernáculo (Heb. 9: 8 –12, y 23, 24). Claro está, debemos ser cuidadosos con la tipología bíblica. Evitemos la exageración cuando trabajemos con la tipología bíblica para no caer en extremos. 

[3] . Del hebreo מִשְׁכָּן mishkán “morada”, del griego ἐσκήνωσεν eskenosen “plantar tienda, morada”.
[4] . ὑποδείγματι upodeigmati significa: “ejemplo”, “modelo”, “copia”, “representación”. σκιᾷ skia significa: “figura y sombra”. κεχρημάτισται kechrematistai significa: “impartir una revelación”. τύπον tupon significa: “modelo” (Heb. 8:5; cf. Apoc. 11:19; 14:17; 15: 5).
[5] . Cuando el término monogenés  se usa respecto a Cristo se traduce como «Hijo único», indica que Jesucristo es único, el único ejemplo, el único caso, en lo absoluto el único de su clase con una naturaleza divino-humana.
[6] . El texto bíblico no es claro acerca de la naturaleza exacta del accidente que llevó a que Uza tocara el arca. El texto sugiere que algo sucedió a los bueyes; quizá tropezaron o se desyugaron (el significado de la palabra hebrea shamat es incierto) y, aparentemente, el arca se tambaleó. Inmediatamente, Uza se acercó y sostuvo el arca con sus manos. Dios reaccionó, hirió a Uza, y éste murió. El texto nos da una razón para tal acción drástica de parte de Dios: "Y el enojo del Señor se encendió contra Uza, y Dios lo hirió por esa irreverencia" (2 Sam. 6:7, NRV 2000). El sustantivo hebreo traducido como "esa irreverencia" (shal) aparece sólo aquí en el Antiguo Testamento; su significado exacto es desconocido; esto ha provocado que algunos eruditos argumenten que nos encontramos aquí ante una corrupción textual. Ellos prefieren seguir la razón dada en la narrativa paralela de 1 Crónicas 13:10: "Porque había extendido su mano al arca". Basados en la lingüística comparativa, los eruditos han sugerido que el sustantivo hebreo shal expresa la idea de arrogancia, atrevimiento e impostura. Haciendo una lectura contextual, esto indica que Uza mostró irrespetuosidad hacia Dios al tocar improcedentemente un símbolo de su santa presencia (Ángel M. Rodríguez, recuperado en https://adventistbiblicalresearch.org).
[7] . Desenfreno en la conducta. Falta de respeto a la religión o a las leyes (Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009. Larousse Editorial, S.L).
 

2 comentarios:

  1. excelente trabajo Dios los bendiga y le de mas sabiduría cada día para seguir preparando temas como estos,la palabra de Dios dice en el libro de hebreos 8:10 Este es el pacto que are con la casa de Israel después de esos días- dice el señor-:Podré mis leyes en la mente de ellos,las escribiré en sus corazones; y seré su Dios,y ellos serán mi pueblo.

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  2. excelente trabajo Dios los bendiga y le de mas sabiduría cada día para seguir preparando temas como estos,la palabra de Dios dice en el libro de hebreos 8:10 Este es el pacto que are con la casa de Israel después de esos días- dice el señor-:Podré mis leyes en la mente de ellos,las escribiré en sus corazones; y seré su Dios,y ellos serán mi pueblo.

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