Estudio de 2 Samuel 6:1-23 (cf. 1 Cron. 13:1-14)
Cuando David fue declarado rey[1], propuso en su corazón
traer el Arca del pacto a Jerusalén. Si alguien quería estar en la presencia
del Eterno era David: “Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— es vivir en la
casa del Señor todos los
días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo”
(Sal. 27:4, NTV)”.
“Te alabaré, Señor, con todo mi corazón” (Sal. 9: 1, NTV). “Mi corazón, Dios,
está dispuesto; cantaré y entonaré salmos; ésta es mi gloria” (Sal. 108: 1, RVR
1995). “Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su Santo Nombre”
(Sal. 103: 1, RVR 1995). ¡Qué pasión la de este hombre por servir y adorar al
Dios Todopoderoso!
El rey David
Antes de seguir
con el relato bíblico, repasemos algunos aspectos respecto al tabernáculo y su
mobiliario (tipología)[2] para tener una mejor
comprensión del porqué el Arca del pacto era tan importante para David y el
pueblo de Israel.
De acuerdo al
libro de Éxodo, el Eterno le dijo a Moisés: “Haz que los israelitas me
construyan un Santuario Santo, para que yo habite en medio de ellos. Deberán
construir el tabernáculo[3] y su
mobiliario exactamente según el modelo[4] que te
mostraré” (Éxo. 25: 8-9; cf. Éxo. 36-40, NTV).
El tabernáculo
De acuerdo con
las Sagradas Escrituras, Dios tiene un propósito para cada plan. El propósito
del tabernáculo era para que el Eterno habitara entre su pueblo (Éxo.
25:8),
se reuniera con su pueblo (Éxo.
29:42)
y hablara a su pueblo (Éxo.
29:42).
El tabernáculo representa a Cristo. En Cristo se cumplen todas las sombras, los
símbolos que prefiguraba el tabernáculo (Heb. 9: 8 –12, y 23, 24). El
tabernáculo estaba en el centro del pueblo. Así como Cristo debe ser el centro
de nuestra vida. Cristo es nuestro tabernáculo_ “Y aquel Verbo fue hecho carne,
y habitó (RVR 1960) [ἐσκήνωσεν eskenosen – viene de skenoo, que etimológicamente significa
plantar tienda (tabernáculo), acampó o levantó tienda (CBA), puso su morada
(BJ)] entre nosotros…” (Jn. 1:14). El Verbo (Cristo) hizo su tabernáculo o
levantó una tienda entre el pueblo.
El altar de los holocaustos
El altar de
los holocaustos estaba en el atrio. Este representaba la expiación del pecado por
medio del sacrificio de Cristo (Isa. 53: 4-7, 10; Hec. 20: 28; Efe, 1: 5-7;
Heb. 13: 10-12; 1 Ped. 1: 18, 19; Apoc. 5: 9). Estaba justamente situado junto
a la puerta del atrio, lo que ilustra la principal necesidad del hombre_ que
sus pecados sean lavados y perdonados por la sangre de Cristo (Heb. 9: 13, 14;
1 Jn. 1: 7; Apoc. 7: 14). La posición del altar de los holocaustos nos enseña
que no podemos adorar ni estar en la presencia de Dios, si no hemos sido
lavados y perdonados por la sangre de Cristo (Heb. 9: 22). Este altar
presentaba la necesidad de expiación y reconciliación del ser humano con el
Dios Eterno (Jn. 1: 29; Rom.5: 10; 2 Cor. 5: 18, 19).
La fuente
El propósito de
la fuente era para la
limpieza o la purificación del sacerdote. El sacerdote tenía que lavarse las
manos y los pies antes de entrar al lugar Santo. Él no podía entrar al
tabernáculo sin antes lavarse de la contaminación. Cuando el sacerdote era
ordenado, lo llevaban a la puerta del tabernáculo, entonces Moisés, le lavaba
su cuerpo completamente. Este ritual se repetía a diario, o las veces que el
sacerdote entrara al tabernáculo para la ministración_“Se lavarán las manos y
los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su
descendencia por sus generaciones (Éxo. 30:21, RVR 1960). Esta fuente estaba colocada sobre una base
de bronce. El
bronce es un tipo de salvación y de juicio. En el Antiguo Testamento, la
persona que miraba la serpiente de bronce era salva_ “Y Moisés hizo una
serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía
a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Núm. 21:9, RVR 1960).
En el Nuevo
Testamento, vemos el antitipo en Cristo cuando fue levantado sobre un madero_
“Y como Moisés, levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el
Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:14, 15). Referente al juicio_ “Ahora es
el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera…”
(Jn. 12:31-32).
La fuente
estaba en el atrio del tabernáculo, entre la entrada del tabernáculo y el altar
de los holocaustos. Esto nos enseña que nuestros pecados son lavados y
perdonados por la sangre de nuestro Señor Jesucristo (Hec. 22: 16; 1 Cor. 6:
11; Efe. 5: 26; Apoc. 7: 14). El lavatorio de los sacerdotes, la muerte de los
animales para los sacrificios, el asperjamiento, rociamiento y esparcimiento de
la sangre relacionado a las diferentes actividades en el servicio del
tabernáculo muestran la necesidad del agua [bautismo, Rom. 6:3], (Éxo. 29: 4,
17; Lev. 1-5). En
general, este ritual enseña la idea de la pureza que exige el Eterno de todos
aquellos que ministran su iglesia. Simboliza el bautismo para los que quieren
entrar a formar parte del pueblo del Eterno (Hec. 22; 16; Heb. 10:22; 1 Cor.
6:11).
El
lugar Santo
En el
lugar Santo estaba el candelero o candelabro de oro, el altar de incienso, y la
mesa de los panes de la proposición o de la presencia.
Las mesa de
los panes de la proposición o de la presencia
Se
encontraba al norte, a la derecha de la entrada del lugar Santo. Cada sábado,
los sacerdotes ponían doce panes sin levadura sobre la mesa. Los organizaban en
dos pilas y los rociaban con el incienso. Los panes representan las doce tribus
de Israel. Eran sagrados, y cuando se los retiraba de la mesa, solamente eran
consumidos por el sacerdote. En el Nuevo Testamento, los panes de la proposición
representan a Cristo, quien dijo: “Yo soy el pan de vida: El que a Mí viene,
nunca tendrá hambre…. (Jn. 6:35). “Yo soy el pan vivo que ha descendido del
cielo: Si alguno comiere de este pan, vivirán para siempre, y el pan que Yo
daré es mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo (Jn. 6:51)”. Los panes
estaban siempre en el tabernáculo en la presencia del Eterno. Esto nos enseña
la completa dependencia que tenemos de Cristo, en todos los aspectos: tanto
material como espiritual. En el Antiguo Testamento, el pan de la presencia
representa la provisión material para el pueblo de Israel. En el Nuevo
Testamento, es nuestro Señor Cristo, quien representa la provisión espiritual
provisto por el Padre. Podemos ver en Cristo, a aquel que ha despejado el camino
a la presencia del Eterno Dios (Heb. 9: 8; Jn. 14:6).
El candelero
El candelero de oro tenía una columna de la cual salían
tres pares de ramas. Era de oro macizo. Las ramas estaban decoradas con copas
en forma de almendras, manzanas y flores. Las lámparas tenían que estar
encendidas por las noches a cada puesta del sol y por las mañanas. Ardían
continuamente en la presencia del Eterno (Éxo. 25:31, 32; cf. 27: 20, 21; 30:
7, 8; Lev. 24: 3, 4). Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo…” (Jn. 8:12). Él es
la luz que siempre estará encendida para alumbrar el camino a la salvación. Los
brazos que salen de la columna del candelabro son como los pámpanos que se unen
a la vid. Tanto la columna como la vid simbolizan a Cristo_ “Yo soy la vid
verdadera, ustedes los pámpanos…” (Jn. 15:5). Los brazos y las ramas simbolizan
a la iglesia. Incluso, las copas, las manzanas y flores pueden simbolizar su
carácter. Esto se debe a que la iglesia esparce la luz (Mat. 5: 14-16).
Testifica la verdad (Jn. 3:33; 2 Tim. 1:8; 1 Jn. 5:11; Apoc. 19:10). Y lleva
los frutos o dones del Espíritu (Gál. 5:22, 23). Note que cada brazo tiene tres
grupos de almendras, manzanas y flores. Un lado con tres brazos forma nueve
pares de almendras, manzanas y flores lo que puede simbolizar los nueve frutos
del Espíritu (Gál. 5:22, 23). En general, el candelabro simboliza a Cristo y a
su iglesia (Apoc. 1:20).
El altar del
incienso
El altar del
incienso fue
construido de madera de acacia y cubierta en oro (Éxo. 30:1,
3).
Estaba ubicado dentro del lugar Santo, delante del velo que separaba el lugar
Santo del Santísimo (Éxo. 30:6; 40:26). Sobre este
altar el sacerdote debía quemar incienso día y noche (Éxo. 30:7, 8). Podemos
decir, que el incienso que sube desde el altar son las oraciones del pueblo
(Apoc. 5:8), pero también representa la intercesión de Cristo a nuestro favor (Heb.
7:24, 25;
Apoc.
8:4).
Jesús es
nuestro abogado ante el Padre (1 Jn. 2:1).
El arca del pacto
El Arca del pacto estaba dentro del lugar Santísimo. Era conocida
como Arca del pacto, Arca de la alianza, Arca de YHWH o Arca
del testimonio. Estaba totalmente cubierta de oro. En cada esquina tenía una
argolla entre las cuales se pasaban unas varas de madera de acacia cubiertas de
oro. Las mismas eran para llevar el arca sobre los hombros. Tenía una tapa de madera
cubierta de oro conocida como el propiciatorio el cual representaba la
misericordia divina. Encima del propiciatorio estaba la figura de dos
querubines, uno frente al otro, que extendían sus alas tocándose sus puntas.
Sus rostros estaban hacia abajo con su mirada hacia el centro del
propiciatorio. Esto muestra el respeto y reverencia ante la presencia del
Eterno. Dentro del Arca estaba las tablas de la Ley [los diez mandamientos]
(Deut. 31: 26, 27), la vara de Aarón [liderazgo] (Núm. 17:10), y el maná
[provisión] (Éxo. 16: 32-34). Este mueble representa la presencia de Dios entre su
pueblo. Estaba hecha de oro y madera. El oro simboliza la divinidad de Cristo,
y la madera su humanidad. De esta naturaleza divino-humana habla Juan en su
evangelio_ “Así en efecto amó Dios al mundo tanto que dio a su (Hijo único, monogeneV
monogenés)[5], para que todo el que
continúe creyendo [en Él] pueda proseguir teniendo vida eterna” (Jn. 3:16).
El orden o posición del mobiliario del tabernáculo,
comenzando en el atrio con el altar de los holocaustos y la fuente de bronce;
en el lugar Santo con la mesa de los panes al lado derecho, el candelabro al
lado izquierdo y el altar del incienso al centro cerca del velo; en el lugar
Santísimo con el arca del pacto a la cabeza refleja la sombra de la Cruz. En
ella se llevó a cabo el mayor sacrificio que es en Cristo
Jesús. En él se cumplen todas las sombras, los símbolos
que prefiguraba el tabernáculo (Heb. 9: 8 –12, y 23, 24).
Hemos analizado brevemente la tipología del tabernáculo.
El rey David, era una persona instruida en la ley. Estaba muy familiarizado con
el servicio del tabernáculo: “En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de
alegría, y con música cantaré y alabaré al Señor” (Sal. 27:6, NTV). Como hombre
de guerra, no podía oficiar en el tabernáculo. No obstante, ofrecía sus
sacrificios a través de los sacerdotes. Él anhelaba la presencia del Eterno. Por eso, el deseo de
traer el Arca del pacto a Jerusalén. Él sabía que en el Arca no había ningún
poder. Sabía que el Eterno no estaba allí: “A ti alcé mis ojos, a ti que
habitas en los cielos” (Sal. 123: 1). Pero sabía que el Eterno, se comunicaba
con el pueblo por medio del Arca del pacto.
El relato
bíblico dice que David se propuso buscar el Arca_ “reunió a las tropas más
selectas de Israel, un total de treinta mil. Las llevó a Baala de Judá para
traer de regreso el arca del Eterno, que lleva el nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, quien
está entronizado entre los querubines. Pusieron el Arca del Eterno en una
carreta nueva y la retiraron de la casa de Abinadab que estaba en una colina.
Al salir de la casa, Uza y Ahío, hijos de Abinadab guiaban la carreta que
cargaba el Arca del Eterno. Ahío caminaba delante del Arca. David y todo el
pueblo de Israel celebraban ante el Señor, entonando canciones y tocando todo
tipo de instrumentos musicales: liras, arpas, panderetas, castañuelas y
címbalos (2 Sam. 6:1-5).
David y el pueblo de Israel celebraban ante el Señor
Aparentemente, todo iba bien hasta que se presenta un
problema. Surge una muerte en plena procesión. El problema se debió a un acto
de desobediencia. ¡Pues colocaron el Arca en una carreta nueva! David
conocía las instrucciones que el Eterno, había dado respecto al transporte del
Arca. Observe: “Pero a la división coatita no le entregó carretas ni bueyes,
porque se les requería que hicieran el traslado de los objetos sagrados del
tabernáculo sobre sus hombros (Núm. 7:9, NTV). “Cuando los levitas realicen los
deberes asignados en el tabernáculo, deberán tener cuidado de no acercarse a
los objetos sagrados ni al altar. Si lo hacen, tanto tú como ellos morirán
(Núm. 18:3, NTV).
El Eterno,
había dado instrucciones para transportar el tabernáculo y todo su mobiliario
pero David no siguió las mismas. Note, “pusieron el Arca del Eterno en
una carreta nueva (desobediencia). Cuando llegaron al campo de trillar de
Nacón, los bueyes tropezaron[6], y Uza
extendió la mano para sujetar el Arca (presunción, desobediencia). Entonces se
encendió el enojo del Señor contra Uza, y el Eterno lo hirió de muerte
debido a lo que hizo (consecuencias). Así fue como Uza murió
allí mismo junto al Arca del Eterno (2 Sam. 6: 3, 6, 7).
Muerte de Uza
Nuestra
inclinación por naturaleza es la de cometer pecados horribles cuando no
obedecemos las instrucciones del Señor. Tan horribles que llegamos a ser piedra
de tropiezo para otros. Tan aterrador como para llevar a otros a una muerte
espiritual o física como pasó con Uza. David tenía libertad para ejercer un
buen liderazgo como rey. No obstante, se tomó la libertad de hacer las cosas a
su manera. ¡Tremendo problema! El hecho que seamos libres, no nos da libertad
para hacer las cosas como queramos. Recuerde, es libertad no libertinaje[7]. Si hacemos las cosas a
nuestro modo estaremos en problemas. La Palabra de Dios dice: “…procurad que
esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles… (1 Cor.
8:9). “¡Ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” (Mat. 8:7).
Lamentablemente, David fue piedra de tropiezo en el plan de Dios, y llevó a Uza
a la muerte. Nuestra libertad no nos da licencia para dañar a otros. No podemos
ser negligentes con las instrucciones de Dios. Debemos utilizar nuestra libertad
con mucha sabiduría. Pidamos sabiduría a Dios para ejercer correctamente la
libertad que Él nos ha dado en Cristo Jesús. “El principio de la sabiduría es el
temor del Señor” (Sal. 111: 10; 2 Cron. 1: 10-12; 1 Rey. 4:29; Luc. 21:15). Procuremos
ser diligentes. No nos vaya a pasar como a David. Esto nos enseña que no basta solamente
con el deseo de servir al Eterno. El deseo de servir es bueno pero hay que
obedecer las instrucciones dadas en las Sagradas Escrituras.
A veces
pensamos que estamos haciendo lo correcto. El problema está cuando lo hacemos a
nuestro modo o de manera indebida. Tal vez, David, hizo lo que él pensó que era
lo mejor. Pero no era la manera correcta. El error de David puso en peligro al
pueblo. Incluso, llevó a Uza a la muerte.
[1] . (2 Sam.
5:1-5).
[2] . La tipología
puede definirse como el establecimiento de conexiones históricas entre
determinados hechos, personas o cosas [tipos] del Antiguo Testamento y hechos u
objetos semejantes del Nuevo Testamento [antitipos] (http://institutointerglobal.org). Cuando hablamos del tipo se refiere a lo que es
real. Puede ser una persona, evento, institución que Dios ha dado para
prefigurar una realidad mayor. Esa realidad mayor es la se conoce como el
antitipo. El antitipo, tiene las mismas características que el tipo. No es que
tenga una representación exacta del mismo. No lo confundamos. Puede ser
semejante al tipo pero mayor que este. El apóstol Pablo, presenta un excelente
ejemplo en su carta a los romanos: “Pero, reinó la muerte desde Adán hasta
Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la rebelión de Adán; el cual
es figura (lit. tipo) del que había de venir (Rom.5:14, NRV, 2000). Aquí, Adán
viene siendo un [tipo] y Jesús el [antitipo]. Los dos son padres de la raza
humana. Adán, es el padre de la humanidad, el que transmite el pecado y la
muerte. Jesús es el padre de todos los que han nacido de nuevo. En este caso
Jesús, transmite su justicia y la vida. Así también, pasa con la tipología del
tabernáculo: En Cristo se cumplen todas las sombras, los símbolos
que prefiguraba el tabernáculo (Heb. 9: 8 –12, y 23, 24). Claro está,
debemos ser cuidadosos con la tipología bíblica. Evitemos la exageración cuando
trabajemos con la tipología bíblica para no caer en extremos.
[3] . Del hebreo מִשְׁכָּן mishkán “morada”, del griego ἐσκήνωσεν eskenosen “plantar tienda, morada”.
[4] . ὑποδείγματι upodeigmati significa:
“ejemplo”, “modelo”, “copia”, “representación”. σκιᾷ skia
significa:
“figura y sombra”. κεχρημάτισται kechrematistai significa: “impartir una
revelación”. τύπον tupon significa: “modelo” (Heb. 8:5; cf. Apoc. 11:19; 14:17; 15: 5).
[5] . Cuando el término monogenés se usa
respecto a Cristo se traduce como «Hijo único», indica que Jesucristo es único,
el único ejemplo, el único caso, en lo absoluto el único de su clase con una
naturaleza divino-humana.
[6] . El texto bíblico no es claro acerca
de la naturaleza exacta del accidente que llevó a que Uza tocara el arca. El
texto sugiere que algo sucedió a los bueyes; quizá tropezaron o se desyugaron
(el significado de la palabra hebrea shamat es incierto) y, aparentemente,
el arca se tambaleó. Inmediatamente, Uza se acercó y sostuvo el arca con sus
manos. Dios reaccionó, hirió a Uza, y éste murió. El texto nos da una razón
para tal acción drástica de parte de Dios: "Y el enojo del Señor se
encendió contra Uza, y Dios lo hirió por esa irreverencia" (2 Sam. 6:7,
NRV 2000). El sustantivo hebreo traducido como "esa irreverencia" (shal)
aparece sólo aquí en el Antiguo Testamento; su significado exacto es
desconocido; esto ha provocado que algunos eruditos argumenten que nos
encontramos aquí ante una corrupción textual. Ellos prefieren seguir la razón
dada en la narrativa paralela de 1 Crónicas 13:10: "Porque había extendido
su mano al arca". Basados en la lingüística comparativa, los eruditos han
sugerido que el sustantivo hebreo shal expresa la idea de arrogancia,
atrevimiento e impostura. Haciendo una lectura contextual, esto indica que Uza
mostró irrespetuosidad hacia Dios al tocar improcedentemente un símbolo de su
santa presencia (Ángel M. Rodríguez, recuperado en https://adventistbiblicalresearch.org).
[7] . Desenfreno en la conducta. Falta de respeto a la
religión o a las leyes (Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009. Larousse
Editorial, S.L).
excelente trabajo Dios los bendiga y le de mas sabiduría cada día para seguir preparando temas como estos,la palabra de Dios dice en el libro de hebreos 8:10 Este es el pacto que are con la casa de Israel después de esos días- dice el señor-:Podré mis leyes en la mente de ellos,las escribiré en sus corazones; y seré su Dios,y ellos serán mi pueblo.
ResponderBorrarexcelente trabajo Dios los bendiga y le de mas sabiduría cada día para seguir preparando temas como estos,la palabra de Dios dice en el libro de hebreos 8:10 Este es el pacto que are con la casa de Israel después de esos días- dice el señor-:Podré mis leyes en la mente de ellos,las escribiré en sus corazones; y seré su Dios,y ellos serán mi pueblo.
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